"El problema, no estriba en meterse en la cabeza ideas nuevas, sino en cómo sacarse de la cabeza las ideas viejas". Tom Peters

domingo, 25 de enero de 2015

La gran influencia de los otros

"El riesgo de que una persona contraiga una enfermedad no depende únicamente de su propia conducta sino de la conducta de los demás, algunos de los cuales pueden estar dentro de su misma red pero muy alejados de la persona".
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"Los estudios de las redes sociales demuestran que las personas se colocan en situaciones de riesgo no tanto por quiénes son, sino por a quién conocen, es decir, en virtud del lugar de la red en que se encuentran y de aquello que las rodea".
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"...en 1996 unos adolescentes de corta edad acudieron al centro de salud del condado contagiados de sífilis y otras ETS (enfermedades de transmisión sexual). Cuando los funcionarios del centro empezaron a oír los sórdidos relatos que contaban los adolescentes de los institutos, que afirmaban haber participado en numerosas orgías, resultó evidente que algo extraño estaba ocurriendo.

Kathleen Toomey, directora de Salud Pública del estado de Georgia, afirmó en el Atlanta Journal Constitution que: "Lo que nos sorprende es que todo se haya producido en una comunidad en la que nunca hay casos de sífilis. [...] Ello, sin embargo; nos permite conocer las conductas de alto riesgo de los adolescentes de Rockdale".

La sífilis es una enfermedad extraordinariamente rara en los adolescentes de clase media alta, pero en Rockdale hubo diecisiete casos y muchos más de otras ETS.

Algunos estudiantes del condado habían tenido docenas de parejas sexuales. El descubrimiento de la epidemia chocó enormemente a los adultos: «Cuando la investigación concluyó, curtidos investigadores de los servicios sanitarios formados para no emitir juicios se quedaron atónitos. Muchachos de catorce años habían tenido hasta cincuenta parejas, niñas de doce años se habían disputado las atenciones sexuales de alumnos de instituto, algunas niñas habían mantenido relaciones con tres chicos a la vez. [...] En una fiesta con treinta o cuarenta chicos, una chica se ofreció voluntaria para practicar sexo con todos ellos ... y lo hizo.

"Se me hundió el mundo -afirmó [Peggy] Cooper [psicóloga de uno de los institutos]-, me dieron náuseas, tenía ganas de llorar". Cuando la situación salió a la luz, todo el mundo empezó a preguntarse por qué los adolescentes de esta comunidad rica se habían comportado así. Al parecer, muchos de los chicos vivían en familias desestructuradas, sufrían de falta de supervisión o no tenían otra cosa que hacer. 

Pero, en realidad, las ETS no eran más que un reflejo de un proceso de red distinto: la difusión entre los adolescentes de una norma que decía que el sexo -y no sólo el sexo, sino un tipo de sexo muy particular, el que se practica con múltiples parejas- era aceptable. La verdadera epidemia, la que desencadenó la epidemia de ETS, era de actitudes. La sífilis no era el problema, sólo un síntoma".
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"Lo que se contagia de persona a persona es lo que los sociólogos llaman una norma, que es una expectativa compartida de lo que resulta apropiado".
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"Las normas se pueden transmitir incluso aunque no haya modificaciones de conducta. Algunas personas pueden ser portadoras de una idea sin que su conducta esté relacionada con ella. Por consiguiente, podemos influir en los amigos de nuestros amigos sin influir en nuestros amigos".


Leído en:

Conectados. Nicholas A. Christakis; James H. Fowler. Editorial Taurus, 2010

Se puede comprar en: 
http://www.editorialtaurus.com/es/libro/conectados/